Quizás cuando vengas no esté.
Quizás cuando busques no encuentres.
Pero entonces, siempre recordarás:
que tuviste un momento,
un minuto o quizás un segundo
para hacer que todo cambiara.
Simplemente tenías que dejar que las palabras fluyeran,
que las frases se construyeran y,
que los sentimientos afloraran.
Pero quizás, todo eso,
era mucho pedir para tí;
Querido MANIQUÍ.
Imagen adquirida del blog de Carlos Bravo FOTOGRAFÍA
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